En el año de 1940, nuestro fundador después de trabajar en el Molino de Huexotitla a orillas de la ciudad de Puebla y haberse destacado por su dedicación y honradez en cuestiones administrativas, decide abrir su despacho de administración y venta de bienes raíces, contando con el apoyo y respaldo de familias de la época que al igual que hoy veían en la inversión inmobiliaria un futuro prometedor.
Con el continuo crecimiento de la ciudad y el embellecimiento de nuestro centro histórico, continuamos día a día ofreciendo a nuestros clientes e inquilinos un servicio con la misma calidad, puntualidad y honradez que nos fue heredada y que ahora nos distingue.
Por su preferencia mil gracias.